La terapia de aceptación y compromiso, conocida por el acrónimo ACT, o terapia de aceptación y compromiso es una forma de psicoterapia que forma parte de la psicoterapia cognitivo-conductual. La Ley tiene orígenes filosóficos muy antiguos que se remontan al estoicismo.
Los estoicos propusieron un enfoque práctico a los problemas de las personas. Los que siguieron estas indicaciones no eran intelectuales a quienes les gustaba discutir los “sistemas máximos”, sino personas muy comunes que trataban de resolver problemas concretos de la vida cotidiana.
ACT se centra en algunos principios clave que incluyen la aceptación, el compromiso, los valores personales, la defusión cognitiva, la atención al momento presente, la conciencia.
Por aceptación entendemos una conciencia de lo que no se puede cambiar. Aceptar no significa renunciar a uno mismo, significa aceptar el sufrimiento derivado de situaciones que no podemos cambiar y que nos causan dolor con una actitud orientada a comprender cómo manejar tales situaciones.
Cuando estamos involucrados en la lucha contra lo que nos hace vivir en un estado de ansiedad, angustia o tristeza, a menudo ponemos la vida en espera, creyendo que nuestro dolor debe disminuir antes de comenzar a vivir de nuevo.
ACT lo invita a salir de su sufrimiento psicológico y entrar en su vida, a través de nuestro compromiso, es decir, tomando acciones comprometidas en la dirección de cuáles son nuestros objetivos y valores reales. Los valores personales de la vida son precisamente aquellos que motivan a las personas hacia el cambio cuando enfrentan tiempos difíciles.
Los seres humanos tienden a permanecer “aprovechados” por el contenido de sus pensamientos y cuando estamos “fusionados” con nuestros pensamientos, especialmente aquellos que nos causan sufrimiento, olvidamos que estamos interactuando con un pensamiento y no con un evento real. Por lo tanto, es necesario intervenir sobre cómo el individuo se relaciona con sus propios pensamientos, separándose de él como << la persona no es su pensamiento >>.
Centrarse en lo que sucedió en el pasado o proyectarse completamente en lo que podría suceder en el futuro puede limitar la vida del individuo, ya que lo resta de lo que sucede en el momento presente. Prestar atención al presente ayuda a vivir una vida más plena y a estar al tanto de lo que sucede dentro de nosotros, en relación con lo que ocurre en el mundo físico externo.
ACT, por lo tanto, ayuda a aclarar qué es realmente importante para nosotros, qué personas queremos ser y qué nos gustaría lograr en la vida. En ese momento, la Ley tiene como objetivo establecer objetivos y actuar con perseverancia y compromiso para lograrlos, obteniendo así una vida más rica, más plena y más significativa.
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