Como psicólogo orientado al cambio, quiero centrar mi atención en los aspecto cambiantes y cambiables de la experiencia de mis clientes. Por tanto, no me fijo en los aspectos y características del cliente o de una situación que no es susceptible de cambio.
Unas de las modas actuales en terapia es el diagnóstico de trastorno de personalidad, bordeline. He estado sondeando numerosa bibliografía la respecto y aún no he encontrado ninguna persona que haya curado o cambiado una personalidad bordeline. lo mejor que se puede hacer con este diagnóstico, aparte de años de terapia extensa y posiblemente infructuosa , es sobrellevar el trastorno.
Y es en este punto donde existe un desacuerdo entre los psicólogos/as centrados en soluciones y los psicólogos/as de otras orientaciones que trabajan a largo plazo. Los psicólogos/as orientados en la solución nos gusta trabajar con objetivos bien definidos, que sean alcanzables en un periodo de tiempo razonable. Los terapeutas que trabajan a largo plazo se comprometen a menudo a intentar características relativamente fija de la persona, como su personalidad o sus complejos. Para mi curar una personalidad bordeline está más allá de mis conocimientos, pero ayudar a esta persona a conseguir un trabajo o hacer amigos o tener una relación sexual satisfactoria, o dejar de autolesionarse, si está dentro de mis posibilidades.
Por tanto, me centro en los aspectos de la situación de la persona que parece más susceptible de cambio, sabiendo que iniciar cambios positivos y ayudar a la persona a conseguir pequeños objetivos puede tener efectos inesperados y más amplios en otras áreas( quizás en su personalidad). Evitando así los constructos psicológicos que no son útiles para el cambio.
Jay Haley (1976) ha expresado bien esta idea:
Catalogar a un niño como “delincuente o decir que sufre una disfunción cerebral mínima” o catalogar a un adulto como “alcohólico o esquizofrénico” es participar en la creación de un problema de tal forma que el cambio se hace más difícil. Un terapeuta que describa la situación familiar en términos de” una madre dominante y padre pasivo” ha creado problemas con ello, aunque pueda pensar que solamente está identificando los problemas que se le presenta. la manera en que se etiqueta un dilema humano puede cristalizar un problema y hacerlo crónico.
Este autor nos ha dado la idea que es mejor tratar a la gente como si fuera normal, porque cuando las personas son tratadas de forma normal, tienden a actuar de modo más normal.
Bibliografía: (O’Hanlon and Weiner Davis, 2010)
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